Hombre compra un Rolex Daytona con billetes de juguete en Ancona

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ANCONA — Los profesionales del bienestar financiero saben que toda negociación exige atención plena, pero a veces es justo la apariencia de familiaridad la que se convierte en el caballo de Troya del engaño. Ocurre incluso en Ancona, donde un Rolex Daytona cambió de muñeca a cambio de un fajo de billetes “facsímil”, transformando una operación de 20.000 euros en un costoso ejercicio de confianza mal colocada.

El protagonista de la historia, un hombre de 67 años de Falconara, apasionado por los relojes de lujo, se vio —sin querer— en el centro de una trama digna de un guión bien afinado. Al menos, según sostiene la fiscalía. El esquema es casi clásico: la víctima, el intermediario, un comprador misterioso y una maleta repleta de ilusiones.

En el eje central, un hombre de 40 años de Chiaravalle, conocido del vendedor y, según la acusación, voluntario intermediario. El sujeto habría ofrecido ayudar a vender el Rolex por redes sociales, a cambio de una modesta comisión de 500 euros. Lástima que, tras bambalinas, actuara un supuesto comprador “serio” que de serio solo tenía el tono.

¿El lugar del encuentro? Un hotel del centro. La sala de conferencias convertida en escenario de un teatro invisible. El vendedor entrega el Daytona y recibe una valija supuestamente cargada de billetes. Solo más tarde, con la calma quirúrgica del desencanto, descubre que dentro hay más aire que euros. De los 20.000 prometidos, apenas 1.400 eran auténticos. El resto: papel con la inscripción “fac-símil”, ese pequeño detalle que solo el cerebro reptiliano ignora cuando la racionalidad se anestesia por la promesa de una ganancia fácil.

Mientras tanto, el enigmático comprador ya se había esfumado. Dejó al pobre vendedor sin reloj y con una lección costosa: en ciertos círculos, la palabra “bienestar” tiene poco que ver con salud mental o riqueza real.

¿Y ahora? La jueza Francesca Pizii ha dictaminado que el proceso continúa: primera audiencia judicial programada para el 11 de marzo. El caso ocurrió el 13 de enero de 2023. El acusado niega toda implicación, tal vez apoyándose en la niebla entre intermediario inocente y cómplice tácito. Pero cuando hablamos de Rolex, incluso la confianza se mide en gramos.

De los 20.000, solo 1.400 eran reales. El resto, puro decorado. El tipo de engaño que no requiere moraleja, solo actualización de protocolos.

En tiempos donde los profesionales recurren cada vez más a plataformas online para ofrecer servicios —desde el bienestar físico hasta el financiero—, historias así no suenan a sermón, sino a advertencia operativa: verifica, contrasta, confirma. Porque hasta las relaciones, como los Rolex, merecen certificación.

Mientras tanto, en Ancona, el Daytona sigue desaparecido y las preguntas siguen creciendo. ¿Quién era realmente el comprador fantasma? ¿El hombre de 40 años fue cómplice o solo un ingenuo facilitador? La verdad, tal vez emerja en la sala del tribunal. O tal vez se quede como una historia más, de esas que se cuentan frente a un café... con la billetera bien cerrada, por si acaso.