La tormenta que puso en jaque a Milagro
Entre el 26 y el 30 de marzo, la ciudad de Milagro vivió uno de los peores desastres climáticos de los últimos tiempos. Con 232 milímetros de lluvia acumulados en solo cuatro días, el cantón quedó bajo el agua, agravado por un inoportuno periodo de marea alta. El resultado: calles intransitables, viviendas inundadas y miles de familias luchando contra el agua que lo arrasó todo.
Las zonas rurales no fueron la excepción. Comunidades como Roberto Astudillo, Cachote, Chobo y Paraíso del Chobo sufrieron el embate de un temporal que no dio tregua. El desbordamiento del río Milagro terminó por sellar el destino de miles de personas, dejándolas atrapadas en medio del caos y la desesperación.
Un número que asusta: 40.000 personas afectadas
Las cifras son demoledoras. Según estimaciones oficiales, unas 10.000 familias, es decir, alrededor de 40.000 personas, han visto sus vidas trastornadas por las inundaciones. Aunque la maquinaria pesada está lista para actuar, las autoridades advierten que poco se puede hacer hasta que el nivel del agua comience a bajar.
Una tragedia irreparable
En medio de la catástrofe, lo peor sucedió en el sector Palma Azul. Un pequeño de apenas un año y medio perdió la vida tras caer en las aguas que anegaban su hogar. Pese a los esfuerzos por reanimarlo, los médicos solo pudieron confirmar su fallecimiento. Un dolor que no tiene consuelo y que marca a una familia para siempre.
Medidas de emergencia para contener el desastre
El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal ha tomado cartas en el asunto con acciones urgentes para mitigar los efectos del desastre:
Restringir el acceso de vehículos pesados para evitar más daños a las calles.
Distribuir agua potable entre los afectados.
Implementar puntos de recolección de basura y brigadas de salud móviles.
Coordinar con la Prefectura para entregar kits de alimentos si la situación lo requiere.
Solicitar recursos adicionales para afrontar la emergencia.
Las autoridades permanecen en alerta, mientras los habitantes de Milagro intentan recuperar lo poco que el agua les dejó.