Virgin Galactic 2025: Los turistas que pagaron y llevan 20 años esperando.

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Virgin Galactic: el turismo espacial despega (otra vez)


Hace más de dos décadas, Virgin Galactic prometió abrir las puertas del espacio a ciudadanos comunes... o al menos, a los que podían pagar por ello. Desde entonces, casi 800 personas han comprado un boleto, algunas pagando tan solo 200.000 dólares en los primeros años. Hoy, el precio ronda los 450.000 a 600.000 USD por una experiencia que dura unos minutos. Pero la historia detrás de cada vuelo es mucho más compleja que un simple despegue.

La experiencia completa dura entre 90 minutos y 2 horas, pero los momentos de ingravidez no superan los 4 a 5 minutos.

La nave VSS Unity, impulsada por un avión nodriza llamado VMS Eve, despega desde el Spaceport America, un cosmódromo en pleno desierto de Nuevo México. El sistema aéreo sube hasta 15 km de altura, donde la Unity se separa y enciende su motor cohete para alcanzar los 85-90 km sobre el nivel del mar, cruzando brevemente la línea que muchos consideran "el borde del espacio".

La experiencia completa dura entre 90 minutos y 2 horas, pero los momentos de ingravidez no superan los 4 a 5 minutos. Es decir, los pasajeros flotan en gravedad cero el tiempo suficiente para observar la curvatura terrestre, soltar algunas lágrimas y grabar un video histórico para sus redes sociales.

Sin embargo, antes de volar, hay un proceso que pocos imaginan. Los pasajeros deben someterse a un entrenamiento intensivo de varios días, que incluye sesiones de adaptación fisiológica, ejercicios de respiración, manejo del estrés y simulacros de emergencia. También aprenden a flotar correctamente y a usar el cinturón de seguridad bajo condiciones extremas.

Aunque Virgin Galactic lo presenta como una experiencia de lujo transformadora, no son pocos los que han levantado la ceja. Aparte del coste ambiental —cada vuelo emite hasta 27 toneladas de CO₂—, existen críticas sobre el verdadero valor científico o humano de estos viajes. ¿Es esto exploración? ¿O simplemente turismo de élite disfrazado de aventura espacial?

En contraste, otros ven en Virgin Galactic una puerta a la democratización del espacio. Hoy es caro; mañana podría no serlo. Y como ocurrió con los aviones, los primeros vuelos siempre fueron para los ricos. Luego vino el acceso masivo.

  cada vuelo emite hasta 27 toneladas de CO₂  

La compañía ha tenido sus altibajos. En 2014, un trágico accidente causó la muerte de un piloto y dejó en pausa el proyecto por años. Sin embargo, desde 2021, Virgin Galactic ha logrado completar varios vuelos tripulados, incluyendo misiones con civiles como el italiano Walter Villadei y la madre-hija afrodescendientes Keisha y Anastatia Schahaff, quienes ganaron su boleto en un sorteo benéfico.

Actualmente, hay una lista de espera considerable. Algunos clientes llevan más de 20 años esperando su turno, aferrados a un sueño que, hasta ahora, solo ha sido cumplido por unos pocos centenares.

Más allá del marketing, la experiencia plantea una pregunta clave: ¿qué buscamos cuando miramos hacia el espacio? ¿Fama, aventura, sentido? ¿O simplemente la validación de haber hecho algo que pocos han podido pagar?

Con los pies en la tierra en GoalValor creemos que no hace falta escapar de la atmósfera para vivir una experiencia transformadora. El viaje más desafiante —y más barato— suele comenzar cuando cierras los ojos y decides mirar dentro.

¿Tú qué harías con medio millón de dólares?
¿Invertirías en flotar unos minutos… o en un viaje que dure toda la vida?