Banda de sudamericanos, mano dura en Macerata: estaban de paso, detenidos en centros comerciales
Cinco sudamericanos residentes en Roma terminaron en problemas tras ser sorprendidos en Civitanova Marche y Montecosaro mientras intentaban un robo en los aparcamientos de un centro comercial. Fueron detenidos por los Carabinieri, que desenmascararon a un grupo bien organizado y listo para volver a actuar. Para ellos se dictaron órdenes de expulsión, firmadas por el Questore Luigi Mangino: prohibición de regresar a los municipios de las Marcas durante hasta tres años.
Caza a los “trasfertisti”
El episodio se remonta al 8 de agosto. Una víctima, en el aparcamiento del Eurospin de Montecosaro, notó movimientos extraños y alertó de inmediato a los Carabinieri. Detalle decisivo: había logrado memorizar el modelo y el color del coche de los sospechosos. Minutos después comenzó la persecución. Finalmente, los agentes detuvieron un vehículo con tres hombres y dos mujeres a bordo, todos de entre 20 y 40 años, con antecedentes por delitos contra la propiedad.
Según los investigadores, el grupo pertenece a la categoría de los llamados “trasfertisti de los robos”, delincuentes que se desplazan de ciudad en ciudad para actuar en los lugares más concurridos y con mayores oportunidades: centros comerciales, aparcamientos, supermercados. Su fuerza es la movilidad: sin raíces, sin vínculos con el territorio, con lo cual resulta más difícil ser identificados.
El detalle que los delató
Dentro del coche se encontró una bolsa blindada, un instrumento típico para eludir los sistemas antirrobo. No es un detalle menor: confirma que no se trataba de un hurto improvisado, sino de una actividad serial y planificada. Por ello la División Anticrimen de la Jefatura de Policía de Macerata no perdió tiempo: órdenes de expulsión inmediatas y un mensaje claro: “aquí no vuelven”.
Un fenómeno en aumento (y que no afecta solo a extranjeros)
El caso de los sudamericanos en Macerata no es aislado. En toda Italia las crónicas hablan de bandas itinerantes que golpean en cualquier parte, aprovechando la distracción de las personas mientras cargan las compras en el coche o pasean por las tiendas. Y la novedad preocupante es esta: ya no son solo extranjeros. Cada vez más italianos están adoptando el mismo esquema, desplazándose de ciudad en ciudad para cometer golpes rápidos y difíciles de prevenir.
¿Las causas? Una mezcla de factores: crisis económica, aumento del coste de la vida, malestar social. Ingredientes que crean un terreno fértil donde la delincuencia organizada, incluso a bajo nivel, encuentra espacio para crecer.
El desafío para la seguridad
La mano dura del Questore de Macerata es un mensaje fuerte, aunque no lo suficiente, los centros comerciales y los ciudadanos deben sentirse protegidos. Pero la partida no se juega solo en el frente represivo. Este modelo criminal —hecho de desplazamientos rápidos y técnicas cada vez más sofisticadas— representa un desafío creciente para la seguridad y el bienestar de las comunidades locales.
Y aquí la reflexión final: si incluso italianos están imitando a los trasfertisti extranjeros, significa que el problema no es solo importado. Es un fenómeno que está echando raíces dentro de nuestras fronteras y que corre el riesgo de convertirse en normalidad. Se necesitan controles estrictos, colaboración entre ciudadanos y fuerzas del orden, pero también respuestas sociales capaces de quitar terreno a quienes ven en el robo un atajo. Porque los profesionales del crimen no se detienen solos.
Fuente: Policía del Estado
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