Italiano secuestrado y torturado por 30M€ en Bitcoin | Nuevos detalles impactantes

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En mayo de 2025, Manhattan se vio sacudida por un episodio de extrema violencia: un joven inversor italiano fue secuestrado y sometido a torturas en un lujoso piso de SoHo con el único fin de extorsionarle la contraseña de su cuenta de Bitcoin. La detención de John Woeltz, apodado “el Crypto King de Kentucky”, puso de relieve un inquietante canal delictivo emergente en el ámbito de las monedas digitales.

El secuestro y la prisión de Michael Carturan


El 6 de mayo de 2025, Michael Valentino Teofrasto Carturan, de 28 años, aterrizó en Nueva York para tomar posesión de un ático en Prince Street, arrendado a un individuo con quien ya había mantenido negociaciones financieras. Sin embargo, al cruzar el umbral del apartamento, lo que debía ser un simple trámite se convirtió en un plan orquestado: Woeltz y al menos un cómplice aún no identificado le sustrajeron el pasaporte y todos sus dispositivos electrónicos, y acto seguido lo inmovilizaron. Durante los días siguientes, Carturan cayó víctima de una serie de brutalidades diseñadas para obligarle a revelar las claves de acceso a su monedero de Bitcoin, valorado en aproximadamente 30 millones de dólares.

Las autoridades de Manhattan han reconstruido un relato de semanas de tortura sistemática: el joven fue atado con cables eléctricos y sometido a descargas, golpeado con puñetazos y palos, amenazado con arma de fuego e incluso amedrentado con la posibilidad de arrojarlo desde el quinto piso si no cooperaba. En el registro del piso se incautaron varias fotografías Polaroid que muestran con nitidez las marcas de las palizas. Según la denuncia, los torturadores también le suministraron drogas a la fuerza y profirieron amenazas de represalias contra su familia, que reside en Italia.

Transcurridos veinte días de cautiverio, el 23 de mayo Carturan logró aprovechar un descuido de sus captores y huir. Corrió hasta que alcanzó a un agente de tráfico, quien alertó inmediatamente a la policía. Las patrullas se personaron en el lugar, arrestaron a Woeltz al instante y detuvieron provisionalmente a Beatrice Folchi, de 24 años, asistente del presunto secuestrador. Folchi fue finalmente puesta en libertad mientras proseguían las investigaciones para determinar con exactitud su grado de implicación.

Impacto en el sector de las criptomonedas y medidas de prevención


Este caso ilustra con crudeza una tendencia al alza: la utilización de la violencia física como método de extorsión en el ecosistema cripto. A medida que los exchanges y proveedores de custodia implementan sistemas de seguridad más robustos —como la autenticación multifactor, los hardware wallets desconectados y los smart contracts con timelocks—, las organizaciones criminales se reinventan recurriendo a técnicas de coacción directa contra los inversores.

Las repercusiones para usuarios y plataformas son variadas. En primer lugar, aumenta la desconfianza hacia el self-custody (autocustodia), de modo que muchos optan por servicios profesionales de custodia, dispuestos a asumir comisiones superiores para minimizar riesgos de robo o extorsión. En segundo lugar, los intercambios de criptomoneda y las empresas del sector estrechan su cooperación con los cuerpos de seguridad, estableciendo unidades de respuesta rápida especializadas en delitos de carácter físico, tales como secuestros o agresiones a inversores.

En el ámbito regulatorio, países como Estados Unidos y Alemania estudian la introducción de requisitos de seguridad física para carteras con saldos superiores a umbrales prefijados, de manera análoga a las garantías exigidas para depósitos bancarios de grandes importes. Asimismo, las asociaciones sectoriales de blockchain promueven campañas de concienciación: organizan webinars, talleres prácticos y guías detalladas para que los inversores identifiquen señales de posible ataque y configuren planes de contingencia, incluyendo contactos directos con autoridades locales y el encargo del resguardo de claves a entidades fiduciarias independientes.

Por último, el caso Woeltz–Carturan subraya la urgencia de adoptar una visión integral de la seguridad en el universo cripto: no basta con blindar sistemas informáticos; es imprescindible proteger también a las personas. Entre las soluciones propuestas figura el despliegue de “bodyguards digitales” —servicios de monitorización GPS en tiempo real para inversores de alto perfil— y el establecimiento de protocolos de alarma inmediata que, en caso de detección de anomalías, activen equipos de intervención coordinada entre fuerzas del orden y custodios privados. Solo así podrá garantizarse la libertad de gestionar activos digitales sin renunciar a la tranquilidad personal.

Fuentes:

  • The Washington Post, “Crypto investor tortured man for weeks for bitcoin password, prosecutors say”
  • People, “Crypto Investor John Woeltz Charged with Kidnapping and Torturing Italian Tourist for Weeks in Upscale N.Y.C. Apartment”
  • The Times, “Crypto investor ‘kidnapped Italian tourist to steal bitcoin’”
  • The Guardian, “Crypto investor in New York charged in kidnapping and torture plot”
  • New York Post, “2nd crypto bigwig in SoHo torture case to surrender, sources say”